domingo, abril 24, 2005

Espejo

Me miro en el espejo para verme y leerme en los ojos lo que tengo dentro.
Te odio apasionadamente, te odio con todo el amor de mi corazón. Te odio porque te quiero y eso te da la oportunidad de hacerme daño. Te quiero por ser tú, te odio por cómo eres a veces. No soporto esa forma de privarme de verte, no me gustan tus eXcusas ni tus cambios de idea. No me gustaría tener que desaparecer, tal vez debería hacerlo. No kiero tener que imaginarte, no desearía olvidarte.
¿Me mientes? Te miento. Y odio las mentiras, pero mi verdad es otra.
Tú en realidad no existes, yo, en realidad, no existo más allá del espejo. Me quedo en mi reflejo y olvido lo que no sé si siento, olvido que te odio, olvido que te quiero.

8 comentarios:

Southmac dijo...

Hubo un tiempo en que los programas de mensajería instantánea mantenían vivo el argumento de una representación remota pero posible.
Hubo palabras turbias en mitad de amaneceres inciertos. Sonidos alucinantes alumbrando nuestras propias oscuridades tan equilibradas en su claroscuro. Tan perfectas en su lejana proximidad.

Pero el medio era turbio y lleno de contradicciones.

Por eso la jodimos, y caímos en la tentación de la sencillez excesiva, en la barbarie de creernos más desplazados que el otro, más inasequibles, más dolidos, humillados, traicionados, despreciados, despechados y, joder, resentidos.

Ya sé que no soy ni el destinatario ni la persona más adecuada para responder a tu sonido de esta noche, pero no he podido resistirme.

Espero que los perros no se abalancen sobre mi cuerpo desnudo para hacerme pagar cara la osadía de disfrutarte.

Espero que no se atrevan si es que no quieren salir con el rabillo entre piernas, jajjaja

Un beso

Anónimo dijo...

Finalmente, el despertar sí resultó merecer la pena. El comentario lo dejé para más tarde; mis párpados se mantenían demasiado bien tejidos por hilos de legañas.

En mi opinión, mirarse al espejo es la mejor manera de no reconocerse, de perderse y de no encontrarse.

Otro beso.Mío.

... dijo...

Odiar queriendo, fórmula enganchable, más allá de los espejos.

Edu Solano Lumbreras dijo...

Te miro mirarte en el espejo y siento que hay algo que no es como lo cuentas.
Y no te miente; te da la única versión que le es permitida por la luz, un límite vago e impreciso, una idea aproximada.

Tú por si acaso procura no odiar. El odio es un peso demasiado grande para que lo lleve un duende.

Y tampoco olvides que te quieres. Uno acaba volviéndose normal por cosas como esas.

Alvaro Rolando dijo...

SIEMPRE QUE AMAMOS ESE ESPEJO DE ROMPE, PORQUE YA NO VEMOS NUESTRO REFLEJO AL MIRARNOS, SINO QUE VEMOS AL OTR@, QUE SE ASOMA TRAS LOS CRISTALES ROTOS, NOS DESFIGURAMOS, SOMOS FRÁGILES, EL OTRO APARECE CADA VEZ QUE NOS MIRAMOS. POR ESO HUIMOS DEL AMOR, HUIMOS PATOLÓGICAMENTE, PORQUE NOS PRIVA DEL ÉXTASIS DE SER NARCISOS, DE SER EGOÍSTAS, POR ESO ODIAMOS CUALQUIER REFLEJO QUE NO SEAMOS NOSOTROS MISMOS, ODIAMOS QUE QUIERAN RECOMPONER NUESTRA FIGURA, QUE ESE OTRO EMPIECE A OBRAR CAMBIOS EN NOSOTROS. PORQUE EL ESPEJO MÁS TERRIBLEMENTE SINCERO ES EL QUE SE ENCUENTRA EN LA MIRADA DEL OTR@.

ENCANTADO CON TU BLOG, TIENES REFLEJOS REALMENTE HERMOSOS.

Anónimo dijo...

Dale rienda suelta a ese dolor y expresalo, no lo dejes dentro.
Un beso, duende.

Azdumat dijo...

South déjame en paz a los perros que son buenos compañeros. Ya no coinciden nuestras noches, no es mi culpa en cualkier caso, pero los tiempos cambian y io estoy en una etapa distinta.
La jodimos? Tal vez, es posible, total, en el fondo somos humanos.

TxaNGoR me alegra que te merezca la pena despertar ;P Me gusta tu opinión respecto a los espejos, tendremos que debatirlo en kualkier caso.

Querer odiando, Amélie, que no es lo mismo, pero va aún más allá que el más allá de los espejos.

Ay, no dejes de mirarme, siempre ves tantas cosas... Qué limitada es la imagen del espejo. Y qué poco puedo odiar si uso esa palabra sin saber llevarla a cabo. Me quiero sí, en el fondo me kiero, tal vez porque soy la única que vive con mi misma filosofía.

Encantada de verte por aquí Álvaro (y vaya si se te ve con esas mayusculas...) Yo no huyo del amor, en eso no estoy deacuerdo, no me da miedo encontrarme otro reflejo en el espejo siempre que me responda la mirada con lo propio.
Me alegra que te guste mi blog :)

Iniciado de la casta de la noche... mmm interesante nick, y misterioso a falta de enlace. Estoy aprendiendo a dejarlo libre y que se vaya.

MarthePG dijo...

Bravo. Es algo que pensé durante un tiempo, pero ya se sabe, del amor al odio hay sólo un paso, y no hay odio sin amor.

besos