Soñé contigo la noche pasada y desperté desesperada por tocarte. Mi niña de piel dorada y ojos despiertos, de labios temblorosos y respiración excitada, la misma que se alarmó complacida al comprobar el placer que le producía el tacto de otra mujer. La misma que se mordía el labio confusa pidiendo más...
Soñé contigo y hoy desciende mi mano, llevada por el deseo, a los más oscuros rincones de mi piel. Hoy pienso en tí, quizás en nosotras, y presa del deseo cierro los ojos pensando tu ombligo agitado junto al mío y el suave tacto de tus pechos entre mis manos. Hoy pienso en mi lengua recorriendo cada milímetro de tu cuerpo, y de tu sexo. Y aunque fui yo quien se negó al reencuentro, hoy me masturbo soñando con tu recuerdo.
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