Que sepas que me repatea este abandono, y esa forma de mirar tan desde dentro y tan hacia adentro. Y también todas esas palabras que para los de fuera no significan nada.
Que sepas que la apatía fue ya demasiado lejos, y ahora son mis alas las que me harán volar, allá donde no existe nadie ni nada por lo que bajar al suelo. Allá donde no existan los nombres, ni los adjetivos, ni siquiera la palabra, para que el mundo sea mundo sin el ser humano. Allá donde todos seamos animales con instintos y sentimientos, y nada más.
Que sepas que hoy ya me he muerto para la vida, y no existo más que en mi mente, porque hoy soy yo sin mis circunstancias y tú sólo un pobre diablo que intenta alcanzarme sin alas.
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