Recuerdos y añoranzas

El día de los recuerdos, me vinieron a la memoria las personas queridas que el tiempo me ha quitado.

Recordé primero mis 16, dulces dieciséis... Las tardes y noches en el Retiro rodeada de gente que no olvidaré jamás, entre alcohol y otros demonios, entre canciones a coro en las que todos cantábamos siempre bien y nos sabíamos las canciones que nunca tuvimos más allá de la memoria. La gente que se fue primero y los que quedamos después y los que permanecieron cuando yo ya sólo era un fantasma de breves apariciones. A todos ellos, gracias, porque fueron parte de la que, seguramente, fue la mejor época de mi vida...

Después vinieron mis "frikis". Cuánto os echo de menos, no puedo evitarlo, siempre fui una más entre vosotros, siempre recibida con sonrisas, como yo siempre sonreiré al recordar cada momento que pasé a vuestro lado, incluso aquellas tediosas partidas de Twilight Imperium que tan mal se me daban... Por Willy, por Charly, por el Rubio, por Juan, por Jorge, por Alvar... Gracias por cada segundo que me regalasteis con vuestra presencia y vuestras palabras.

Euskoasturdrizleños, qué decir de vosotros... ¿Cuántos paisajes espectaculares habremos disfrutado juntos en tierras del norte? ¿Cuántos viajes en el huevito? Pero no... a vosotros aún el tiempo os deja cerca de mí.

Cuánta más gente... Melmoz, querido, cuántas canciones y cuantas letras nos habremos dedicado con el cariño que me hace sentir el saberme comprendida en mi locura por la tuya.

Aún añoro, incluso, a los que me abandonaron a las malas, Viktor. Y a los que perdí por méritos propios, Martín... Y a los que siguen ahí de una manera difusa... Sara, Mangus...

Y tanta gente... De hecho creo que me añoro a mí misma, a cómo era entonces, a mis sueños e ilusiones ahora perdidos.


Tiempo, recuerda, perdono pero no olvido.