Supongo que me cuesta demasiado tragarme la saliva de los días que he esperado. Tan lejos de casa, tan lejos de todo como si el aire fuera solo aire y en él no se detuviera el tiempo. La vida me dio tantas vueltas que no sé si no de vivir y soportar el pasado y el presente buscando un futuro incierto que no sé si será mejor.
Dejarme llevar por la vida y esperar es el fracaso de todo cuanto esperé...
NOTA: Post de viernes (¿Sábado?) perjudicado corrigiendo faltas y sustituciones de letras unos días después, al recordar haberlo escrito...
sábado, enero 19, 2008
domingo, enero 13, 2008
El Desconocido I
Se levantaba cada mañana luchando durante varios minutos con las sábanas, su fuerte nunca había sido madrugar, y se preparaba para el día por pura inercia con los ojos aún medio cerrados hasta que miraba el reloj y se descubría, como siempre, llegando tarde. Entonces acababa de peinarse como podía, cogía sus cosas (al menos de las que se acordaba en ese momento) y salía corriendo por la puerta.
Ana tenía 15 años y tenía que coger el tren cada mañana para ir al instituto así que se puso música y encendió un cigarrillo de camino a la estación. Lo cierto es que ni le apetecía fumar pero era una manera de entretener al tiempo. Cuando cruzaba los jardines privados de los pisos junto al parque escuchó una voz por encima de la música de sus auriculares "no deberías fumar", dijo la voz del jardinero que la miraba , era una mirada como de alguien que ha vivido mucho y que ha sufrido mucho, era un hombre de unos 30 años, quizás algo menos, con barba de unos días. "¿Cómo?" dijo Ana, "que no deberías fumar, es malo para tu salud". Ana, indignada, le miró como a un loco y siguió caminando, sabía que él tenía razón pero, ¿qué derecho tenía?.
Ana tenía 15 años y tenía que coger el tren cada mañana para ir al instituto así que se puso música y encendió un cigarrillo de camino a la estación. Lo cierto es que ni le apetecía fumar pero era una manera de entretener al tiempo. Cuando cruzaba los jardines privados de los pisos junto al parque escuchó una voz por encima de la música de sus auriculares "no deberías fumar", dijo la voz del jardinero que la miraba , era una mirada como de alguien que ha vivido mucho y que ha sufrido mucho, era un hombre de unos 30 años, quizás algo menos, con barba de unos días. "¿Cómo?" dijo Ana, "que no deberías fumar, es malo para tu salud". Ana, indignada, le miró como a un loco y siguió caminando, sabía que él tenía razón pero, ¿qué derecho tenía?.
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