miércoles, marzo 14, 2012

Mitisí

Hoy me hice consciente de la conveniencia de ignorar que ignoro, de procurar no conocer aquello que desconozco, especialmente si se trata de mí misma.

Aprendí que si no piensas no duele, si te centras en sobrevivir a veces logras sonreír, y con el tiempo te sale solo y ya no te dan agujetas en las mejillas y la mandíbula cada vez que mientes al mundo, y un poquito a ti misma.

Así llega el momento en que una se tiene que cerrar las ventanas de las ideas, limitarse un poco a dejarse vivir para que no duela tanto y dejar de sangrar el alma y así la herida pueda al fin sanar por sí misma.