jueves, julio 27, 2006

miércoles, julio 26, 2006

Brindo por ustedes

Brindo por ustedes que se preguntan qué tamaña locura es la de tomarme una cerveza a estas horas cuando debiera estar durmiendo para llegar fresca al tajo. Brindo por ustedes que se preguntan qué será de mí cuando amanezca y el mundo vuelva a ser mundo para todos, olvidando que jamás sera el mismo mundo el de ustedes que el mío. Brindo por ustedes que brindan por el amor y la familia con copas de champagne, mientras yo brindo con cerveza por el Carpe Noctem, por la vida misma y por poder exhalar el humo de un cigarro recién encendido. Bindo por ustedes cada trago que baja por mi garganta, como este. Brindo por ustedes que no saben que es el amor como si yo lo supiera. Brindo por ustedes por mi cigarro acabado y porque no me quedan más. Brindo por ustedes por el aire que respiramos y los latidos del corazón. Brindo por ustedes por los días que se acercan, por la felicidad momentánea, efímera.

Brindo por ustedes que no entienden. A su salud!

martes, julio 18, 2006

Tras el espejo (el reflejo)

Asustada y deprimida se miraba al espejo,
con la sensación inoportuna
de no ser ella misma la que veia en el reflejo.
Veia la piel pálida y los ojos hinchados,
la boca en una mueca absurda de dolor y el pelo enredado,
veia su cuerpo tan frágil como siempre lo había negado.
Y cayó sobre si misma en un charco de fluídos,
teñida de sangre y lágrimas
que conformaban su estado.
Se escaló a sí misma para llegar a su rostro y, al tocarlo,
sintió la humedad que relataba el fracaso.
Extendió los dedos para consolar al reflejo
y fue entonces cuando atravesó el espejo.
"Sabía que no eras yo" murmuro entre besos,
"sabía que había alguien, que no era sola, y ahora te tengo".
Comprendió todo aquello que jamás soñó entenderse
al abrazar a su imagen y no sentirse ausente.
Despertó en la cama, tranquila y sosegada,
sientiendo que al fin había encontrado su alma.
Despertó en sus brazos, sin heridas, ni sangre,
tan sólo cambiada por la sonrisa guardada,
su verdad encontrada.

lunes, julio 17, 2006

Pa quien lo entienda

Imbecil... ¿Aturdida yo? ¿Eso es lo que dices? Puto cobarde, te defiendes de tus defectos achacándomelos a mí. Pues no, yo no estoy aturdida, yo respondo a los estímulos y fíjate que hasta pienso y actúo, de manera bastante consecuente, por cierto.
Pero me arrepiento, maldita sea, porque a los 5 minutos te echo de menos y quisiera retenerte entre mis brazos y olvidar el mundo abandonada en tu pecho.
No, no estoy aturdida, sé perfectamente lo que hago, sé que quiero gritarte e insultarte para intentar despertarte, aunque también quiera despedirme con cariño y me enfade. Pero nunca me juzgues, jamás lo hagas, y si lo haces, no esperes que agache la cabeza como tú.

sábado, julio 08, 2006

Amanecer

Sólo logro dormir cuando amanece, cuando no se oye nada más allá del tic-tac del reloj. Camino la noche descalza y de puntillas para no despertar a los que no entienden. A oscuras, procurando no hacer ruido mientras choco con las esquinas de una habitación redonda sin rincón donde esconderse (esconderme) del mundo y de la vida.
Sé que hay amanecer porque a veces no he dormido soñando y he despertado cuando alguien me recordó que hay día después de la Luna.
Sé que hay algo, más claro y más feliz, lo sé porque lo presiento y porque me lo dicen, pero yo jamás conseguí encontrar el camino a la luz sin pasar por la redención de las lágrimas y la sangre.