Sé que no me enamoro tanto de las personas, como de la sensación que me producen. Sé que son hormonas, feromonas, dopamina, oxitocina... Las conozco y, sin embargo, solo puedo apretar los dientes y buscar, buscar caras de perros en el suelo de gres, pensando que, aunque lo sepa, no dejo de sentir que hay algo más.
Sé lo que me pasa pero no puedo evitarlo, siento el peso de los 21 gramos.