Ya no retozamos como fieras,
ya no soy tu puta,
ni te siento mío un instante.
Ya no me dices que la chupo como nadie
y me follas como si no existiese más en este mundo.
Ya no lo hacemos hasta doblar el somier
y que mis compañeros de piso se quejen de envidia.
Hasta que no me quede aire en los pulmones
de gritarte mis orgasmos.
Y tú sigas acariciando mi pecho entre sueños
y follemos dormidos
y al despertar.
Ahora me tocas la espalda pero no me acaricias las alas...
Y no puedo volar...
Y los pies en la tierra me pesan tanto...