sábado, abril 05, 2008

La falta

Un día se tocó la mejilla y advirtió que algo faltaba.
Buscó desesperadamente sin saber dónde, sin saber cómo había ocurrido, ni cuándo, ni por qué. Sólo sabía que ya no estaba en el lugar que siempre había estado y aquello le resultaba infinitamente preocupante.
Siempre había estado ahí, desde hacía tanto tiempo... Y, aunque seguramente el resto del mundo hubiera diferido bastante de su opinión, sentía que aquella pérdida era como la de un dedo del pie. No se trataba de algo absolutamente necesario, pero prefieres no prescindir de ello, quizás la fuerza de la costumbre.
Sentía como su respiración se aceleraba mientras buscaba con el temor de saber que el fin de la búsqueda significa el encuentro o la pérdida permanente. Sus latidos estaban más próximos unos de otros cada segundo que pasaba, hasta tal punto que podría decirse que comenzaban a solaparse. 
Abandonó la búsqueda rindiéndose sobre sus rodillas y, entonces, la encontró. Estaba ahí, siempre lo había estado, delante de sus ojos, literalmente. Y ahora se deslizaba de nuevo por su mejilla, acariciando suavemente su piel hasta fundirse en un beso en sus labios.

1 comentario:

Dean Moriarty dijo...

Lindo blog el que has creado, Borges dijo algo así sobre "la ausencia":
Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nichos de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas;
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Un beso dulce