Se me rompe la mirada de verte
se me nublan las pupilas
entre cascadas de absurdo.
Y no puedo dejar de pensar
en las palabras que dedicas al mundo
pero nunca a mí.
No somos suficiente,
no lo soy, lo sé,
por eso mientes,
por eso decido rendirme
y regalarte la libertad
que nunca quise quitarte.
Lo siento por eso,
creí que podría aguantar
las ganas de tenerte,
que podría vivir
con el nudo en la garganta.
No puedo, lo siento,
quisiera quererme más
y quererte menos,
poder evitar
el dolor en el pecho.
Pero no puedo.
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