Te escribo desde el ático de la copa de un árbol
talado, ático sin ascensor de piso bajo.
Son las doce menos cinco y hoy ya es casi mañana,
las esperanzas de futuro el tiempo las empaña.
Yo quisiera invitarte a mi selva del Amazonas
a tomarte un café conmigo, a olvidar que lloras.
Yo que me bebo el dinero, que me fumo la vida,
yo que me he ganado la fama de bala perdida.
5 comentarios:
Pues yo me alegro que una bala perdida como tu, me haya hecho un rasguño en el corazon con cada una de sus palabras...
Uno se acaba arrepintiendo más de lo que no ha hecho que de lo que ha hecho,más vale ser bala perdida que tener que arrepentirse de no haber disfrutado de la vida.
Acepto la invitación :p
Jo Sidd, q yo no quiero hacer rasguños... un besito pa tu corazón ;P
Es cierto Tastavins pero hay q reflexionar sobre todo no? jeje
Pues coje la liana número 15 y vente jeje
Que belleza de sufrimiento...
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