Envidio a aquellos que ríen sin complejos, a los que lloran liberando su pecho; envidio a los que viven sin miedo a respirar y a los que respiran sin miedo a vivir, a los que sueñan sin miedo a despertar, y a los que despiertan sin temer morir. Envidio a los que hablan sin medir las palabras, a los que saben ser sin soñar ser otro. Envidio, en definitiva, a todos, y a ninguno.
1 comentario:
envidio a ti que aun no has perdido las palabras....
un abrazo duendecita....
desde el lejano sur
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