domingo, septiembre 10, 2017

Las ganas

Ese nudo en la garganta
que solo sale con las ganas de morir,
las de verdad,
las que por sí mismas intentan ahogarte,
apretando y apretando
hasta romper las cuerdas vocales
y hacerte perder la voz.
Las ganas tan grandes de no levantarte,
de seguir arañando el suelo con las uñas
y cavar tu propia tumba y enterrarte ahí,
para siempre,
para que ninguna mano tendida
te convenza nunca
de que algo de esto vale la pena.
A veces sí,
supongo,
no es mi caso.
No recuerdo haber sido feliz,
quizás soy yo,
que me creí eso de la felicidad,
siendo mi sino la desesperanza.
Pero el suicidio es rendirse,
no hay nada más cobarde
que huir así de los problemas.
¿Y qué cuando no hay problemas
si no falta de razones?
Llevo muchos años diciéndome a mí misma
que tengo que vivir
que vale la pena
que tarde o temprano encontraré algo
por lo que alegrarme de haber resistido.
Pero nunca llega,
sólo más y más tristeza,
más nudos en la garganta,
más caídas de las que puedo soportar

y las ganas de morir tan grandes...

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