Leyendo diversos textos acerca de comunicación, arte y cultura de masas recuerdo cuántas veces me han preguntado hasta qué punto escribo este blog dependiendo de mi "público", hasta qué punto me condicionan los comentarios o la ausencia de ellos y si realmente escribir aquí lleva implícito cierto afán de exhibicionismo y de intento de llamar la atención y escribir para los demás.
Siempre he dicho que escribo para mí, excepto cuando dedico algún post a alguien concreto. Es cierto que la abundancia de comentarios, especialmente si son positivos, me gusta, me halaga y me anima a escribir más, pero creo que eso nos sucede a todos, la diferencia es a quién le condiciona y a quién no. Este blog, por su tono literario, tal vez parezca estar dedicado a un público y así es, aunque sólo en parte.
Si escribo, lo hago principalmente para mí, porque lo he hecho siempre en papel y ahora me traslado a una pantalla (aunque sigo escribiendo en papel amenudo) , y además ahora hay quien lo lee, genial, me gustan las críticas (pero las constructivas). Siempre me he desahogado escribiendo o dibujando. El arte, si es que puede llamarse así algo de lo que hago, fue mi válvula de escape desde que puedo recordar. Y ahora se me presenta un lugar donde puedo reencontrar lo que escribí hace ya más de un año, mientras que lo que escribía en papel casi siempre lo perdía. Me gusta leer lo que escribí hace tiempo y compararlo y observar la evolución de mi vida, es una suerte de ejercicio de autocontemplación.
Aunque prácticamente nada de lo que escribo sea real, siempre quien me conoce sabe leer entre líneas, yo nunca consideré esto como un diario sino como algo más. Es para mí como todos esos cuadernos perdidos en los que anotaba mis pensamientos, mis sentimientos, entre garabatos y cartas sin enviar. Es un cachito de mundo que es mío, un sitio donde puedo soñar cuanto quiera y escribir cosas tristes con una sonrisa en la boca, por la sencilla razón de que me gusta.
Conclusión: no mendigo comentarios, aunque me gustan; no busco enlaces en la página de nadie aunque me halagan; no escribo por tí que lees esto, aunque espero que te guste. Estoy aquí porque alguien que ya se marchó me trajo, y desde entonces es mi pequeño rincón donde yo elijo y puedo ser quien quiera por unos instantes.
Siempre he dicho que escribo para mí, excepto cuando dedico algún post a alguien concreto. Es cierto que la abundancia de comentarios, especialmente si son positivos, me gusta, me halaga y me anima a escribir más, pero creo que eso nos sucede a todos, la diferencia es a quién le condiciona y a quién no. Este blog, por su tono literario, tal vez parezca estar dedicado a un público y así es, aunque sólo en parte.
Si escribo, lo hago principalmente para mí, porque lo he hecho siempre en papel y ahora me traslado a una pantalla (aunque sigo escribiendo en papel amenudo) , y además ahora hay quien lo lee, genial, me gustan las críticas (pero las constructivas). Siempre me he desahogado escribiendo o dibujando. El arte, si es que puede llamarse así algo de lo que hago, fue mi válvula de escape desde que puedo recordar. Y ahora se me presenta un lugar donde puedo reencontrar lo que escribí hace ya más de un año, mientras que lo que escribía en papel casi siempre lo perdía. Me gusta leer lo que escribí hace tiempo y compararlo y observar la evolución de mi vida, es una suerte de ejercicio de autocontemplación.
Aunque prácticamente nada de lo que escribo sea real, siempre quien me conoce sabe leer entre líneas, yo nunca consideré esto como un diario sino como algo más. Es para mí como todos esos cuadernos perdidos en los que anotaba mis pensamientos, mis sentimientos, entre garabatos y cartas sin enviar. Es un cachito de mundo que es mío, un sitio donde puedo soñar cuanto quiera y escribir cosas tristes con una sonrisa en la boca, por la sencilla razón de que me gusta.
Conclusión: no mendigo comentarios, aunque me gustan; no busco enlaces en la página de nadie aunque me halagan; no escribo por tí que lees esto, aunque espero que te guste. Estoy aquí porque alguien que ya se marchó me trajo, y desde entonces es mi pequeño rincón donde yo elijo y puedo ser quien quiera por unos instantes.