Hace tiempo le compré un poema a un tipo que iba por el metro repartiéndolos y que te pide algo de dinero para quedártelo. En aquel momento me gustó mucho y casi lo aprendí. Pensé que lo había perdido, pero hoy, haciendo un poco de limpieza en mi cuarto, lo encontré entre papeles, arrugado y bastante maltrecho. He decidido ponerlo aquí para no volver a perderlo, para compartirlo. No sé quién es el autor real pero aquí queda.
Me duele el alma si me niegas los labios,
pero me siento morir cuando apartas la mirada.
Te has vuelto tan cruel, de puro deseada
que yo vivo un infierno, enfermo de tus encantos.
Besarte me estremece, me enciende en goces más que en llantos.
Aunque tu ausencia y tu desdén me hacen más daño que una espada.
Porque prefiero la herida abierta y el dolor a nada
¡Estrújame, amor mío!, con tu cuerpo entre mis brazos.
La viña del amor brota dentro de tu boca.
El brillo de tus ojos es mi vida, mi deseo.
Y el placer se parece tanto a tus caderas...
¿Recuerdas mi pasión, mi esperanza loca?
Estoy más que alterado desde que no te veo,
hastiado ya de amarte en el cuerpo de otras hembras.
2 comentarios:
duendecilla....haz hecho bien ,en pagarle al poeta del metro por este poema que le ha brotado seguro de las entrañas......
desde el sur...te leo y me admiraque el tiempo no te haya quitado las palabras....
abrazos...
Me recuerda un poco a David (mi otro yo de alguna manera) en Báilame el Agua...
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