Sé que hoy tampoco podré dormir, que da igual lo que haga, lo único que podría ayudarme está demasiado lejos, las drogas han dejado de funcionar.
Me levanto de nuevo a beber un trago, a torturar mis pies de nuevo con el frío del pasillo, me cruzo con la muerte de nuevo, al lado de la puerta del baño.
- Hola de nuevo, ¿ya vienes a por mí o es que esta noche hay poco trabajo?
- Sólo venia a dar una vuelta, veo que hoy no estás de humor...
- No, bueno, te pediría que me ayudases a dormir pero conozco tus métodos.
- Dormirías profundamente desde luego.
- Nah, dejalo, hoy no, voy a intentar contar ovejas, negras claro.
- Si quieres algo no tienes más que llamarme seguiré con mi ronda esta noche.
La muerte se va de nuevo, siempre tiene algún trabajillo, la conozco bien.
Ni siquiera el agua sabe bien esa noche. Tiene un sabor extraño, será la sangre. Vomito de nuevo, esa mierda era garrafón seguro.
De nuevo a la cama a pensar y pensar y torturarme porque no me apetece vivir el día de mañana, tal vez dentro de unos días... Y dormir, para qué, soñar lo de siempre, soñarlo siempre, soñar siempre, soñar.
3 comentarios:
Yo un día me puse a contar ovejitas y las muy cabronas se manifestaron porque al final estaban muy juntas y nadie las dejaba salir a echarse una siesta.
Soñar tiene una cosa mala: cuando despiertas, comprendes que no fue real.
Un beso, preciosa. Sigue soñando.
A algunos, lo que nos pasa es que creemos estar soñando pero lo cierto es que estamos despiertos aunque muchos nos empeñamos en decir que solamente tenemos los ojos abiertos. Seguire soñando, soñando, soñando.... Un saludo.
Publicar un comentario