Heshamah tomó de nuevo la mano de J. y al instante aparecieron en otro lugar. Nadie les saludo, nadie levantó la mirada, todos los que allí se encontraban tenían la mirada perdida, algunos lloraban, se lamentaban o simplemente suspiraban profundamente. Heshamah empezó a caminar y J. la siguió observando.
- Este es el lugar donde se encuentras las almas de aquellos que no aceptan la muerte, - comenzó a explicar Heshamah - todos los que se encuentran aquí se dedican únicamente a añorar la vida. Mantienen sus imágenes mortales con la esperanza de volver a la vida o de que les reconozca un ser querido que perdieron antes o después de morir. Algunos buscan desesperados un rostro conocido sin darse cuenta de que aunque lo encontraran no podrían reconocerlo, son sólo almas y no pueden recordar realmente el mundo físico, más bien lo imaginan, lo inventan, lo idealizan. Algunos lo superan en poco tiempo, otros parecen no aceptar nunca el tránsito.
J. sintió la tristeza y la melancolía que desprendían aquellos seres. Comenzaba a recordar todo lo que había dejado atrás, sabía que había dejado algo pendiente aunque no recordaba bien qué. Sólo podía recordar las sensaciones y los sentimientos. Se sintió triste porque sabía que había muchas cosas buenas que ahora tal vez no volverían. Aquello era horrible, necesitaba salir de allí, entonces vio un pórtico enorme ante él.
- ¿Estás preparado? - le pregunto Heshamah.
- Sólo quiero salir de aquí - respondió.
Las puertas se abrieron y ante ellos apareció un nuevo lugar. J. abrió los ojos desmesuradamente, horrorizado ante lo que se extendía ante él. Parecía haber vuelto al avión. Gritos, sufrimiento, agonía... En aquel lugar sólo había sangre vísceras y dolor.
Mientras tanto continúa Mi Viaje en otro lugar.
- Este es el lugar donde se encuentras las almas de aquellos que no aceptan la muerte, - comenzó a explicar Heshamah - todos los que se encuentran aquí se dedican únicamente a añorar la vida. Mantienen sus imágenes mortales con la esperanza de volver a la vida o de que les reconozca un ser querido que perdieron antes o después de morir. Algunos buscan desesperados un rostro conocido sin darse cuenta de que aunque lo encontraran no podrían reconocerlo, son sólo almas y no pueden recordar realmente el mundo físico, más bien lo imaginan, lo inventan, lo idealizan. Algunos lo superan en poco tiempo, otros parecen no aceptar nunca el tránsito.
J. sintió la tristeza y la melancolía que desprendían aquellos seres. Comenzaba a recordar todo lo que había dejado atrás, sabía que había dejado algo pendiente aunque no recordaba bien qué. Sólo podía recordar las sensaciones y los sentimientos. Se sintió triste porque sabía que había muchas cosas buenas que ahora tal vez no volverían. Aquello era horrible, necesitaba salir de allí, entonces vio un pórtico enorme ante él.
- ¿Estás preparado? - le pregunto Heshamah.
- Sólo quiero salir de aquí - respondió.
Las puertas se abrieron y ante ellos apareció un nuevo lugar. J. abrió los ojos desmesuradamente, horrorizado ante lo que se extendía ante él. Parecía haber vuelto al avión. Gritos, sufrimiento, agonía... En aquel lugar sólo había sangre vísceras y dolor.
Mientras tanto continúa Mi Viaje en otro lugar.
2 comentarios:
Gracias Pleione!
Ufff, tristeza y melancolía por aquellos que añoran volver a la vida, o que no han sabido disfrutarla en su tiempo, pero el final... Atemoriza.
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